Advertencias Bíblicas sobre el Engaño y la Mentira
Introducción
"Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán." (Mateo 24:3-5)
"Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino." (Salmo 119:105)
Falsos Cristos y Falsos Profetas (Mateo 24:24)
Jesús advirtió: “Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:24).
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.” 1 Timoteo 4:1
Artimañas del Error (Efesios 4:14)
En un mundo lleno de mensajes e interpretaciones bíblicas que cambian con cada generación, el apóstol Pablo nos advierte en Efesios 4:14 que no debemos ser “niños fluctuantes...". Esta exhortación nos recuerda que la fe cristiana no puede basarse en modas espirituales ni en enseñanzas que distorsionan el Evangelio. El creyente maduro está llamado a permanecer firme en la verdad de Jesucristo y Su Palabra, discerniendo con claridad lo que proviene de Dios y lo que es manipulación humana.
El apóstol Pablo alerta: “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Efesios 4:14).
Aquí vemos que:
Hay estrategia y astucia: No es un simple error inocente; hay manipulación y distorsión planificada. Desde el principio, la serpiente engañó torciendo la Palabra de Dios (Génesis 3:1).
El antídoto es la madurez: crecer en el conocimiento del Hijo de Dios y en la verdad. Estudiar y Aplicar la Palabra "Pura e Inalterable" de Dios nos vuelve maduros en el entendimiento, firmes en la esperanza e inamovibles en la Palabra de Dios. Hebreos 5:14 declara que quienes maduran “tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.
ALERTA: Cada vez que escuches una enseñanza que minimiza el pecado, redefine el Evangelio o adapta el carácter de Dios a la cultura, es momento de encender todas las alarmas espirituales. No te dejes engañar...
Los falsos profetas pueden parecer piadosos, pero desvían poco a poco del evangelio simple y puro de Jesucristo. Por eso Jesús dijo varias veces: “Mirad que nadie os engañe.” (Mateo 24:4).
Cómo Afecta la Confusión al Creyente
"Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos." (Santiago 1:6–8)
La confusión no solo afecta la mente, también el corazón y la conducta. Santiago 1:6–8 describe al que duda como alguien “inconstante en todos sus caminos”.
La confusión provoca:
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Dudas e inseguridad en la fe: La duda debilita la confianza en Dios y hace que el creyente se vuelva inestable.
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Inestabilidad en las decisiones. La falta de madurez espiritual nos hace vulnerables a doctrinas cambiantes, generando inestabilidad en la vida cristiana.
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Vulnerabilidad para buscar soluciones fuera de la voluntad de Dios. Isaías 30:1–2: “¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca…" El pueblo dee Israel buscó ayuda en Egipto en vez de consultar a Dios, un ejemplo claro de vulnerabilidad causada por la confusión.
ALERTA: Si no se corrige a tiempo, la confusión puede llevar a la apostasía. Hebreos 3:12 advierte: “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo.”
Cómo Vencer la Confusión con la Palabra de Dios
Renovar la mente (Romanos 12:2)
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…” (Romanos 12:2).
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Leer la Biblia con regularidad. Josué 1:8: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” Este versículo muestra que la lectura diaria trae dirección y bendición.
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Meditar en ella y obedecerla. No basta con leer; la Palabra debe ser meditada y obedecida para transformar la vida. Leemos en Santiago 1:22: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” La obediencia evita que la Palabra se quede en teoría y la convierte en práctica viva.
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Dejar que moldee nuestros pensamientos. La Escritura tiene poder para renovar la mente y cambiar nuestra manera de pensar. La Biblia nos enseña a enfocar la mente en lo que agrada a Dios, alejándonos de la confusión y el engaño.
La armadura de Dios (Efesios 6:10–18)
La Escritura nos llama a vestirnos con:
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El cinturón de la verdad. La verdad es lo que sostiene toda la armadura. Sin ella, todo se derrumba. Juan 8:32: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
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La coraza de justicia. La justicia protege el corazón contra la culpa y la condenación. Isaías 59:17: “Se vistió de justicia como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza.” La justicia de Jesucristo nos cubre y nos guarda del pecado.
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El escudo de la fe. La fe apaga los ataques del enemigo y nos da confianza en las promesas de Dios. Hebreos 11:1: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
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El yelmo de la salvación. La salvación protege nuestra mente contra la duda y el temor. 1 Tesalonicenses 5:8: “Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.” La seguridad de la salvación nos da paz y confianza en Jesucristo.
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La espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. La Palabra es nuestra arma ofensiva contra la mentira y la tentación. Hebreos 4:12: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos.”
ALERTA: Un creyente que estudia y práctica lo que dice la Palabra "Pura e Inalterable" de Dios puede responder a las mentiras con verdad y mantenerse firme en medio de una generación engañada. Vestirse de esta armadura es vivir conscientes de que la lucha no es contra carne y sangre, sino contra fuerzas espirituales, y que solo con la fortaleza del Señor podemos resistir y vencer.
Pensar en lo verdadero (Filipenses 4:8) “Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo… en esto pensad.” La claridad espiritual se alimenta de la verdad de la Palabra de Dios, en creer lo que ella nos enseña y obedecerla.
El Poder de la Oración
Permanecer Firmes en Cristo
La Biblia nos enseña que “la oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16), mostrando que cuando el creyente clama con fe, Dios responde con poder.
Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). El verdadero antídoto contra el engaño y la confusión no es un sistema humano, sino una persona: Jesucristo.
En tiempos donde la mentira y la confusión parecen una epidemia espiritual, necesitamos volver al Jesucristo bíblico, no al Jesucristo fabricado por la cultura o las redes sociales, por religiosos o por falsos maestros y profetas. Solo en Jesucristo con la ayuda del Espiritu Santo encontramos claridad, libertad y vida eterna.
Resumen del artículo
- La confusión espiritual y las falsas enseñanzas se multiplican en estos tiempos, y la Biblia advierte que no todo lo que parece espiritual proviene de Dios (Mateo 24).
- Falsos cristos y falsos profetas engañan con señales y palabras convincentes, pero Jesús enseñó que debemos discernir por los frutos (Mateo 7:15–20).
- Todo viento de doctrina: Pablo advierte que no debemos ser “niños fluctuantes” llevados por modas espirituales, sino firmes en la verdad (Efesios 4:14).
- La confusión en el creyente provoca dudas, inseguridad, inestabilidad y vulnerabilidad para buscar soluciones fuera de la voluntad de Dios (Santiago 1:6–8; Isaías 30:1–2).
- Cómo vencer la confusión: mediante la Palabra de Dios, renovando la mente (Romanos 12:2), leyendo y obedeciendo la Escritura (Josué 1:8; Santiago 1:22), y dejando que moldee nuestros pensamientos (Filipenses 4:8).
- La armadura de Dios (Efesios 6:10–18) nos equipa con verdad, justicia, fe, salvación y la Palabra como espada para resistir al enemigo.
- El poder de la oración: fortalece la relación con Dios, trae paz y dirección, y transforma el corazón (Filipenses 4:6–7; Romanos 12:12; 1 Tesalonicenses 5:17).




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