Amados
hermanos y amigos, cuando Dios cierra una puerta, a menudo sentimos que guarda
silencio o simplemente no sentimos que nos escucha.
Aprender a comprender Su
propósito y confiar plenamente en Él es fundamental para fortalecer nuestra fe
y crecer espiritualmente. Hay muchas personas que aún no conocen la Salvación en Cristo, por esa razon viven guiados por sus propias decisiones, deseos y caprichos; y día tras día, a
través de los medios de comunicación, podemos ver los resultados de esas vidas sin
Dios, y sin Dirección divina.
Sin embargo, la Biblia nos recuerda que incluso
en el Silencio de Dios, Él trabaja para nuestro bien y tiene un plan perfecto
para cada uno de nosotros.
Romanos 8:28 – “Y sabemos
que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los
que conforme a su propósito son llamados.”.
Hermanos y amigos, cada puerta que Dios cierra nos invita a mirar hacia Él con fe y paciencia. No vemos siempre su plan, pero la Biblia nos asegura que Él trabaja en lo oculto para nuestro bien (Romanos 8:28). Aprender a confiar en su silencio nos prepara para recibir sus bendiciones y nos enseña a depender completamente de su guía. No te dejes engañar...
Es como decir que: "hay silencios que hablan más que mil palabras, y mil palabras que hablan más que un silencio" pero muchas veces la realidad es que no comprendemos lo que Dios quiere enseñarnos con Su Silencio, de esto se trata este escrito, entender Su Silencio y Propósito. Esto aplica a cuando hacemos oraciones, ruegos y hasta lloramos delante de la Presencia de nuestro Dios, y este NO responde a nuestras oraciones, peticiones o inclusive a nuestras lágrimas de la manera en que nosotros deseamos, sino recibimos Su Silencio y es cuando nuestra alma se inquieta, nuestro corazón se llena de preguntas y la fe se pone a prueba. No te dejes engañar...
Sin embargo, muchas veces el Silencio de Dios no hay olvido o ausencia, sino una invitación a descubrir lo que Sus Palabras calladas nos quieren enseñar. En otras palabras, el silencio tiene un importante mensaje y un real propósito para cada uno de nosotros.
Hay momentos en los que oramos, buscamos, y tocamos a la puerta… y solo encontramos un gran Silencio. El cielo parece callar, la esperanza se desvanece poco a poco y la fe tambalea. Las respuestas a nuestras necesidades o soluciones a nuestros problemas se desvanecen rápidamente y sentimos que Dios no responde, que no hay respuesta y no entristecemos y muchos entra en pánico, en tristeza y y sobre todo desesperanza. Pero ¿qué dice la Biblia sobre cuando Dios cierra una puerta?
El silencio de Dios no es ausencia, es dirección
Por
qué Dios Cierra Puertas en Tu Vida
En el Salmo 22:2 atribuido al conocido rey David, encontramos como presenta una súplica desgarradora: El salmista clamaba con angustia y dolor: “Dios mío, de día clamo, y no respondes; y de noche, y no hay para mí reposo”. Este Salmo 22 no ilustra a un siervo de Dios en un momento de profunda angustia y aparente
silencio de Dios. David se siente abandonado, sus oraciones parecen no tener
respuesta, y su alma no encuentra descanso. Sin embargo, a lo largo del salmo,
vemos cómo su lamento se transforma en confianza y adoración.
Después de
que el salmista (David) expresa su dolor y la sensación de abandono (“Dios mío,
¿por qué me has desamparado?”), llegamos a este punto donde su fe se renueva y
reconoce una verdad poderosa sobre Dios. Dios no desprecia ni rechaza el
sufrimiento de quien está pasando por dolor. Aunque el salmista se sintió
ignorado al principio, ahora reconoce que Dios sí ve y valora la lucha
del que sufre. Dios no es indiferente a nuestras lágrimas ni minimiza nuestro
dolor.
En la cultura hebrea, cuando alguien “esconde su rostro” de otro, significa rechazo o desaprobación. Aquí David afirma que Dios no se apartó permanentemente; aunque parecía ausente, nunca dejó de mirarlo con compasión. En otras palabras, “Dios nunca se olvida de nosotros, aunque creamos lo contrario". Finalmente, el salmista reconoce que Dios sí escuchó su clamor. Tal vez la respuesta no fue inmediata, pero llegó al tiempo justo. La enseñanza es que Dios siempre: nos escucha, nos responde, nos atiende, pero todo lo hace en Su Tiempo, ya que Él solo sabe lo mejor para nosotros.
Cómo
Confiar en Dios en medio de Su Silencio
David aprendió a conocer lo que era orar y no recibir respuesta. Pero aun en su lamento, nunca dudó del carácter de Dios. Su silencio no significaba desinterés; significaba formación interior. Dios guarda silencio no porque esté lejos, sino porque quiere que aprendamos a oír con el corazón y la mente.
En la vida espiritual, hay momentos donde Dios deja de hablar para que nosotros recordemos lo que ya dijo. Su Palabra "Pura e Inalterable" escrita se convierte en el eco de Su Voz cuando el cielo parece callar o estar en Silencio total.
Salmo 119:105 - “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”.
Cuando no oigas la voz de Dios, sigue caminando bajo la luz de Su Palabra "Pura e Inalterable". A veces Dios calla porque ya nos habló antes, y ahora espera obediencia. El silencio no siempre es castigo; muchas veces es una invitación a madurar en la fe. No te dejes Engañar...
El cierre de una puerta no marca un final, sino el inicio de otra dirección. Una puerta
que se cierra también señala el camino correcto por donde andar.
Veamos un ejemplo, el Apóstol Pablo, en su celo misionero, quiso entrar en Asia, pero la Escritura dice: “Y les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia” (Hechos 16:6).
Esa negación no era un error espiritual, era una redirección divina.
Dios lo lleva a un lugar donde el Evangelio produciría más fruto en ese momento: como Macedonia. A través de ese cambio de rumbo, el mensaje llegó hasta Europa, y de ahí al mundo entero. Maravilloso ¿verdad?
Cada puerta cerrada por Dios es una declaración invisible que dice: “Tengo algo mejor, pero aún no lo ves.”
Podemos afirmar que Dios cierra puertas por tres razones principales:
Protección: porque lo que hay detrás nos dañaría o no es lo mejor para nosotros.
Preparación: porque aún no estamos listos, necesitamos más tiempo y preparación espiritual.
Propósito: porque en Su Soberanía sabe lo que es mejor para nosotros, cuál es la mejor respuesta y finalmente sabe cuál es el mejor tiempo de contestar.
“Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6).
Dios no destruye tus planes, los perfecciona.
Dios
permite que un plan se derrumbe no porque no te ama, sino porque quiere
redirigirte hacia algo mejor.
- Lo que tú veías como un final,
Él lo ve como el inicio de una nueva dirección.
- Lo que parecía pérdida, Él lo
convierte en crecimiento.
- Lo que parecía silencio, Él lo
usa para hablarte de otra manera.
El problema
no es que Dios cierre puertas, sino que nosotros intentamos forzarlas sin el
discernimiento adecuado. Cuando buscamos forzar una respuesta que deseamos, y
comenzamos a maquinar en nuestra mente cómo lograr lo que queremos,
lamentablemente estamos respondiendo por nuestra propia cuenta, en lugar de
esperar pacientemente en el Señor. La Escritura nos enseña que “el corazón del
hombre traza su rumbo, pero el Señor dirige sus pasos” (Proverbios 16:9).
Forzar nuestras oraciones y peticiones sin escuchar la voluntad de Dios puede
traer consecuencias negativas. No te dejes engañar, Dios sabe lo que es mejor
para ti, y su voluntad es perfecta y agradable.
En la tormenta, el silencio puede ser una prueba de fe.
Cuando los discípulos vieron la barca sacudida por el viento, gritaron: “¡Maestro, no tienes cuidado que perecemos!” (Marcos 4:38).
El silencio de Jesús en medio de la tormenta fue una prueba de fe. Él dormía, no porque ignoraba el peligro, sino porque sabía quién tenía el control. La fe se mide no cuando hay calma, sino cuando parece que Dios no está presente. No te dejes Engañar...
Jesús se levantó y reprendió el mar. Pero antes de calmar la tormenta exterior, quiso revelar la tormenta interior de sus discípulos: la duda. Olvidaron
que la presencia de Cristo en la barca bastaba, incluso cuando parecía ausente. La fe no
consiste en la ausencia de tormentas o pruebas, sino en la certeza de que Él sigue
presente, aun cuando parece dormir.
Marcos 4:40 - “¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”
Cuando Dios guarda silencio, te está enseñando a confiar en Su Presencia, no en Sus respuestas.
Preparación
y Propósito en Cada Prueba
El verdadero discipulado no se construye sobre milagros visibles, sino sobre una relación personal y una confianza invisible. Fe no es creer que todo saldrá bien, sino creer que Dios sigue en Control de nuestro camino, Él está en control de todo, aun cuando nada sale como esperáramos o sus respuestas no son las que queríamos escuchar. No te dejes Engañar...
Lo que Dios cierra, nadie puede abrir… y lo que abre, nadie puede cerrar
Jesús, en su mensaje a la iglesia de Filadelfia, dijo: “Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David; el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre” (Apocalipsis 3:7).
Esta imagen de la “llave de David” simboliza autoridad soberana. Solo Cristo tiene el poder de abrir las puertas que conducen al propósito eterno de Dios. Cuando Él cierra algo, lo hace desde Su Sabiduría perfecta.
En ocasiones, oramos por algo que nosotros pensamos que es bueno, y la respuesta de Dios,
en Su Amor, rechaza lo que pedimos,
con el propósito de dirigirnos a lo que en realidad es lo mejor para nosotros, su objetivo siempre
es salvarnos de nosotros mismos, de nuestros deseos, caprichos o planes basados en nuestra mente o nuestros propios pensamientos, l
os cuales muchas veces no están bajo el orden de la Voluntad Perfecta de Dios para nosotros.
No todo lo que brilla es oro, y menos una bendición. No toda oportunidad viene del Cielo o de Dios, puede ser un engaño del enemigo. Dios sabe cuándo una puerta aparenta ser de éxito, pero en realidad puede transformarse en una prisión espiritual. No te dejes engañar...
“Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar” (Apocalipsis 3:8).
Por eso, cuando Dios cierra, espera, pero cuando Dios abre, entra sin miedo. Sus puertas son seguras, Sus tiempos son perfectos, y Su voluntad es buena, agradable y perfecta.
Romanos 12:2 - "No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta."
Recordemos
que el silencio de Dios no es ausencia, sino enseñanza. Así como Jesús se
retiraba a orar en soledad antes de cumplir su misión (Lucas 5:16 - "Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba"), nuestras
pruebas y puertas cerradas son espacios donde Él moldea nuestro carácter y
fortalece nuestra fe. Confiar en Él nos permite caminar seguros, aun cuando no
entendamos todo.
Mantengamos
la esperanza y la oración constante, sabiendo que Él nunca nos abandona y que
su propósito se cumplirá en nuestras vidas. No te dejes engañar...
¿Qué parte del
escrito ha tocado tu vida de manera especial? ¡Compártelo en los comentarios!
Juntos, podemos fortalecer nuestra comunidad en la fe y apoyarnos mutuamente en
este hermoso camino.
...Gracia
y Paz a todos, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Hermana Nm.
Díaz - Ministerio Pura Gracia (MPG)
0 comments:
Publicar un comentario