REFLEXION: ¡¡Dios ayúdame! Estoy desesperada(o)...¡Dios ayúdame!
Amados hermanos o amigos, cada día, cada mes, cada año que pasa, la frase "¡Dios ayúdame!" se hace más común en nuestras oraciones o suplicas a nuestro Dios, están constante en nuestra mente debido a tantas y diversas situaciones que enfrentamos a diario en nuestro caminar cristiano. Cada situación es diferente, sea por el grado de dificultad, o por el tipo de complejidad o simplemente por la gravedad del problema. Sea como sea la situación, necesitamos la "Intervención Divina", necesitamos el "auxilio" de Dios. Cuando somos atacados por la adversidad y nuestras fuerzas se debilitan, nuestra resistencia se desvanece, entonces es cuando nuestra oración se torna en una profunda suplica, una oración en el espíritu, o sea una suplica que sale desde nuestro corazón hacia la presencia de nuestro Dios y Padre, con una urgente petición de "auxilio"... ¡Dios ayúdame! Estoy desesperada(o)...¡Dios ayúdame!.
La realidad es que ningún cristiano esta exento de pasar o ser impactado por la adversidad, sean pruebas, situaciones o problemas, sea de índole personal, familiar o espiritual. Cuando somos rodeados de múltiples síntomas tales como; la tristeza, dolor, incertidumbre, angustia, o hasta sentir soledad dañina o "aislamiento", debemos entender que es necesario buscar el "AUXILIO DE DIOS". ... NO TE DEJES ENGAÑAR...